Esta casa es el fruto de una bonita historia de amor entre Marco Massó y Vergés y Rosa Jordana y Marimón. Ambos nacieron en la ciudad de Reus durante los años de 1.902 y 1.903. En 1960, Marc Massó decidió que quería hacerle a su amada un regalo muy especial. Hablando con un buen amigo, le pidió si conocía algún lugar especialmente bonito para hacer una casa para regalar a su esposa. El amigo, que pasaba los veranos en un precioso pueblo llamado Rupit, le dijo que sabía de un terreno donde se ubicaba una casa que en esos momentos se encontraba en ruinas. Van ir y Marc quedó tan boquiabierto al ver aquel paraje, que decidió comprarla.

La reconstrucción de la casa debía ser una sorpresa para su esposa, por lo que las obras las llevó en secreto. Para que su esposa no se diera cuenta de nada, hizo ver que era su amigo quien se hacía la casa.

El día 28 de noviembre de 1963 Marc llevó a su mujer a Rupit con la intención de desvelar por fin el secreto que había llevado a cabo durante tanto tiempo. Ella creía que sus amigos les habían invitado a comer a fin de ver la nueva casa. Así que llegar, Rosa salió al balcón y cuando poguer admirar la majestuosa vista que se abría ante él, dijo:

"ES MARAVILLOSO"
Y su amado esposo le contestó:
"ESTAS EN TU CASA"
Revelando el secreto que tanto tiempo había conservado.

Ahora, 60 años más tarde, los descendientes de Marc y Rosa han decidido actualizar la casa y convertirla en un pequeño alojamiento de calidad para que todo el que quiera pueda disfrutar de este lugar tan maravilloso que sus familiares les dejaron. La rehabilitación de la casa se ha realizado de la mano de personas de la tierra, verdaderos artistas herederos de saber hacer de antaño, maestros del trabajo sobre piedra, trabajadores de la madera y el hierro. Se han conservado los elementos típicos de las masías de la zona.

Los propietarios han sido los responsables de decorar todas las estancias de la casa reflejando un estilo contemporáneo, acogedor y confortable buscando la armonía en la simplicidad de los materiales y de los colores. Tanto las habitaciones como el resto de estancias transmiten paz y confort. Aquí la naturaleza es la protagonista, la casa es sólo el objetivo de la cámara. El entorno de la casa es un jardín que hace de mirador sobre las vistas, una piscina donde la absoluta calma cura el alma, un lugar donde desconectar del mundo y reconectar con la naturaleza. Un privilegio para los sentidos.

Rodeada de la naturaleza más pura y salvaje, con unas vistas espectaculares y el sabor de las masias catalanas, Santa Llúcia espera que goceis, descanseis y desconecteis en un entorno absolutamente privilegiado.